Si viene con su familia a visitar París y el sexto distrito (75006), debe saber que la ciudad está llena de museos cuyos directores han sido creativos para que las visitas sean más agradables para todos. Las visitas diseñadas para niños presentan a los padres una vista refrescante de los museos.
El museo más grande del mundo, y uno de los más visitados, el mismo Louvre, bajo su pirámide translúcida, se esforzó en presentar la historia del arte mundial de manera menos austeras, desde el antiguo Egipto hasta el siglo XVIII.
El Museo de “Orsay”, que enorgullece a los impresionistas, es una antigua estación de tren cuyos espacios abiertos dan a conocer lo que el siglo XIX produjo de más bello en todas las áreas y todo gracias a una luz que pone de relieve varias obras.
En la calle de Varenne, el Museo Rodin reúne las principales esculturas de Auguste Rodin, algunas de Camille Claudel, y los notables dibujos, bocetos preliminares de las obras maestras en preparación. Si le interesa la historia de París, es el Museo Carnavalet que debe visitar, lógicamente cerca de la Bastilla y no lejos de la Plaza de los “Vosges” (Casa de Victor Hugo), el barrio del “Marais”.
El Centro Pompidou, en el barrio de “Les Halles” (leer, de E.Zola, “El Vientre de París”), es de otra factura. Modernista en su diseño y arquitectura (Renzo Piano y Richard Rogers, 1977), es un reflejo de las colecciones que alberga todos los modos contemporáneos de expresión artística.
Por voluntad del presidente Jacques Chirac, el Museo “Quai Branly” está dedicado a las Primeras Artes de todos los continentes, y los Papuanos de Nueva Guinea, los Inuit, los Dogones del Mali o los Amerindios no tendrán más secretos para el visitante presentados de nuevo, en una museografía fluida y agradable para todos.
A lo largo del Sena, cuesta arriba, el Jardín de las Plantas, el Museo Nacional de Historia Natural: Galería de la Evolución de las especies, los dos solos merecen la visita.
